Gracias a él,
miro la vida de otra forma;
Él consigue que todo parezca mejor,
porque su alegría es contagiosa.
Ahora estoy aprendiendo a jugar,
que hasta se me había olvidado ya.
Él me sujeta a la vida, me pone en mi sitio;
sitio de “mama”.
No sé si estaré haciendo algo bien,
pero lo que seguro intentare,
es no fallarle a él.
(cuando él vuele solo, ya veré lo que hacer.)
Con esos ojos se puede iluminar el camino de toda una vida.
ResponderEliminarque lindo amiga..¡¡
ResponderEliminarcuando el vuele solo..tu vuelas silenciosa vigilando su vuelo...con mucha cautela e no ser descubierta....porque "se ofenden" y piden volar libres...
ya veras....
tantos años con ellos....que luego no sabemos vivir de otra forma.....
un abrazo
encantada de visitarte