miércoles, 10 de junio de 2009

LA VIDA EN LA PECERA

Un día, le compre a mi hijo un PEZ y su correspondiente pecera (no muy grande, la verdad), en realidad pensaba que no podría vivir mucho tiempo en estas condiciones (pequeño espacio y agua de ciudad), pero para mi sorpresa, lleva ya con nosotros más de dos años.
“FITO FITIPALDI”, que así es como le puso de nombre mi hijo (ha salido un poco rockero), y está aguantando como un "jabato". Hasta creo que me conoce; pues soy la que me encargo de darle de comer todos los días y de cambiarle el agua; es más, cuando paso por su lado intuyo que hasta me mira.

La verdad es que me da bastante pena mi pez, creo que es cruel tenerle en un sitio tan pequeño; aunque yo le he puesto unas cuantas conchas y caracolitas de mar, para que se encuentre más en su ambiente. Y es que los animales tiene la virtud de adaptarse al medio que les toca vivir, aunque no lo elijan ellos.










Quizás, en el fondo hasta nosotros estamos metidos en una GRAN PECERA en la que nos toca vivir, aunque no lo elijamos nosotros.

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2 comentarios:

  1. Sí, dan un poco de pena. cualquier animal enjaulado. estamos hechos para vivir en libertad; hasta los peces exóticos. Pero es lo que tú dices, hoy en día vivimos en una gran pecera!

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  2. preciosa reflexión...aunque el nombre del pez me ha arrancado una amplia sonrisa (dale las gracias a tu hijo)..
    yo también soy una enamorada de Fito....
    aunque no tengo mucha afinidad con los peces...
    una vez tuvimos una gran pecera en casa...y era una ruina..
    SE NOS MORIAN TODOOOOOOS...¡¡¡
    :-(

    encantada de visitarte...
    un abrazo

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